La Escuela de familias besos de colores nace de años de amor incondicional, de miedos, de preguntas, tropiezos y errores, de aprendizaje, locuras y de mucho, mucho, disfrute.
Antes de ser madre trabajé muchos años con personas con dificultades sociales y familiares. Esta experiencia, me llevó a ser más consciente de la importancia del buen cuidado a la infancia desde el entendimiento, el respeto y la presencia.
Mi maternidad, como a la mayoría de mamás, revolucionó mi mundo. Durante este tiempo, han sido muchas las ocasiones en las que sentí que me faltaba una mochila de herramientas para cada etapa que estábamos viviendo. Sin embargo, poco a poco comprendí que mis propios hijos me iban mostrando lo que necesitaban, que la clave era entender que me querían transmitir, adentrarse en su mundo infantil y navegar, lejos de las prisas, de las creencias limitantes, y de las exigencias adultas.
Maternar en sociedades más individualistas puede acarrear mucha soledad y una sensación de sentirse perdida. En cada espacio que empecé a transitar me encontraba con la misma necesidad. En cada parque o reunión de amigos fui encontrándome con los mismos retos, la misma sensación de pérdida y soledad por no criar en tribu . Besos de colores nace de la idea del proverbio africano “para criar a un niño/a se necesita toda una tribu”, porque tener una red social donde compartir tu día a día, nutre el corazón de los adultos y los niños/as.
Este es un espacio para formarse, comprender y transitar por las distintas etapas de la crianza porque se puede criar sólo pero acompañado es más enriquecedor.
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